A pesar de la colaboración del Sr Giró y la concurrencia de asociados a la Sede, el hecho de que en el mismo edificio funcionaran otras actividades del propietario, llevó al convencimiento de la gente de San Martín que a breve plazo la Sede no podía brindar a sus socios los servicios propios que brindaban las demás instituciones. Sumado a ello surgía el inconveniente de que al tratarse de un local no propio, nunca podrían efectuarse refacciones, remodelamientos y lo que era más negativo que en cualquier instancia el propietario podría solicitar la entrega del local, dado que se trataba de contratos de términos limitados.
Corría el mes de abril de 1951, la Comisión Directiva ambicionaba el sueño del edificio propio. Fue cuando don Francisco J. Raposeiras, ex jugador, directivo y co fundador de la Liga Casarense de Fútbol, ante una inquietud que le transmitió el escribano Mase, lo acompañó hasta la esquina de la Av. San Martín y Alte. Brown diciéndole: «Esta puede ser la futura sede de San Martín.»
Tal posibilidad surgía de la decisión de su propietario, don Antonio Marqués de efectuar su venta ante comentarios de una posible expropiación para la instalación de una repartición pública. Dicha tramitación debía efectuarse con celeridad dado que el Sr. Marqués tenía proyectado un viaje a España a los pocos días; y ante tal urgencia el escribano Mase pone en conocimiento del Sr. Ernesto Loreti de esa novedad y lo insta para que junto con el Pte. don Julio Agradi traten de concretar la operación.
Fue el 12 de mayo del mismo año, cuando en la escribanía de don Alberto Sigal se firmaba el boleto de compra - venta y posteriormente la escritura traslativa de dominio. El monto de la operación era de $ 70.000, constituyéndose en dicho acto una hipoteca por valor de $ 10 000 que proporcionó el Sr. Simón Mase, cuyo importe años más tarde, lo donara a la institución sin haber percibibo interés alguno.
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